Guatemala, fase V
Resumen
El proyecto “Progreso económico y social, para familias indígenas a través de parcelas agropecuarias en Guatemala, Fase V”, se desarrolla en el noroeste de Guatemala, con 100 familias indígenas campesinas como beneficiarias. El proyecto está dando un impulso y contribución importante a las mujeres campesinas, al enseñarles a sembrar su propio alimento, con técnicas de agricultura orgánica y asistencia técnica constante.
El proyecto se ha convertido en una luz de esperanza para las familias indígenas participantes, debido a la difícil situación económica que se ha presentado tras la pandemia junto con la inflación que azota el país, ha afectado principalmente a la población más pobre. También se ha conseguido una fuente de empleo digno para las mujeres y una oportunidad de desarrollo para las familias indígenas receptoras, que fortalece la unión familiar, pues los integrantes de la familia participan en los cuidados del huerto, que se ha convertido en un espacio para el aprendizaje donde los niños y jóvenes se involucran en las actividades también.
Principales acciones desarrolladas:
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Selección de las 10 mujeres promotoras enlace de las 90 familias.
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Compra de semillas y material agrícola.
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Compra y transporte de semillas de papa a las comunidades.
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Compra y distribución de gallinas ponedoras.
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Desarrollo de jornadas de formación agrícola en plantación, abonado y cuidado de parcelas.
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Formación en comercialización de productos agrícolas.
Resultados:
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Mujeres con nuevos conocimientos y actitudes comercializando su producción en el mercado más cercano, generando ingresos económicos para su desarrollo.
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100 mujeres aplicando técnicas de agricultura orgánica resiliente al cambio climático, para asegurar una continua producción agrícola todo el año.
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100 mujeres se convierten en emprendedoras comercializando el excedente de su producción, para su independencia económica.
El monitoreo y apoyo técnico
El proceso de monitoreo es constante, para verificar que a nivel de campo, se esté realizando el trabajo, tal como está planificado en el proyecto. Por eso la asistencia técnica también es constante, el Técnico Agrónomo de Campo, realiza una visita cada semana a la comunidad, para capacitar a las promotoras, para supervisar las parcelas y fortalecer los conocimientos de las mujeres. Además, las promotoras rurales y la Coordinadora del proyecto también apoyan las actividades del proyecto, supervisando que las mujeres estén poniendo en práctica los conocimientos adquiridos en el proceso de formación. De esta manera es posible verificar la puesta en práctica de los conocimientos de las beneficiarias en su parcela agropecuaria, el adecuado crecimiento de los cultivos y la utilización de los recursos disponibles.
La formación en técnicas de resiliencia
La formación en técnicas de resiliencia es necesaria con el cambio climático para asegurarse que el sistema de cultivo sea resiliente ante estos cambios. Dentro de las capacitaciones se han usado cultivos específicos para mantener la humedad, evitar la erosión del suelo y recuperar su fertilidad. Además se han impartido técnicas para ahorrar agua.
Capacitación sobre higiene alimentaria
Las mujeres han sido capacitadas para la adecuada manipulación de los alimentos aplicando normas de seguridad e higiene y evitar problemas de contaminación o intoxicación.
Participación
Las mujeres han participado activamente desde el principio y están motivadas e inspiradas porque el proyecto está abriendo nuevas oportunidades de aprender temas útiles para aplicar en su vida diaria - sembrar su propio alimento es una oportunidad de salir del círculo de la pobreza por medio del empleo de las parcelas agrícolas y lo que supone para la mejora alimentaria.
Proceso de formación
Este componente ha sido un pilar fundamental en el proyecto, debido a que las mujeres no han tenido la oportunidad de participar en formaciones anteriormente. Las capacitaciones prácticas han sido mejores recibidas que las teóricas debido al bajo nivel educativo que las mujeres poseen y por eso ha sido la mejor manera de enseñanza. Las receptoras del proyecto han compartido los conocimientos con los integrantes de su familia. Todas las capacitaciones realizadas están reforzadas con las visitas domiciliarias de los técnicos del proyecto, para asegurar y garantizar el aprendizaje, evaluar los avances y tomar los correctivos necesarios si hay necesidad.
Para concluir
Las mujeres han manifestado que se sienten felices y motivadas por los resultados que están obteniendo de las parcelas agropecuarias, debido a que ya están consumiendo los diferentes alimentos que han cosechado: hierba mora, papa, frijol ejotero. El proyecto ha conseguido alcanzar los resultados previstos, y ha sido un impulso para las familias, para salir del círculo de la pobreza, tener un empleo digno, mejorar las condiciones de vida a través e la generación de ingresos económico de la venta de excedente de lo productos agrícolas de la parcelas y tener acceso y disponibilidad a alimentos sanos, frescos y nutritivos que han proporcionado la seguridad y calidad alimentaria de la familia.